Últimamente me ha dado por buscar en la red información técnica sobre panadería moderna. No tengo ninguna formación profesional sobre este mundillo y me encantaría saber algo más. Así que, ¿qué le echarán a la barra de pan comercial de consumo diario?.
Hace un par de meses compartí con vosotros un estudio que encontré sobre la
cantidad de sal que se le echa al pan y un
vídeo de Discovery Channel de cómo se fabrica el pan de molde, pero en el que no se hablaba apenas de sus ingredientes. Intrigado he seguido investigando en ratos libres y hoy me he topado con un artículo que creo me ha arrojado algo de luz sobre este tema. Es
este.
¿Vosotros qué pensáis que lleva el pan que venden en las tiendas de ultramarinos de vuestro barrio?. Y no me refiero al pan que tuestan en el momento en pequeños hornos eléctricos a partir de masas prehorneadas y conservadas en atmósfera protectora, ni a esas que vienen congeladas y que tan a la orden del día están en todas las gasolineras. Me refiero a ese pan (barras de pan) que reparten en furgonetas a primera hora de la mañana tanto en tiendas de chinos, como en pequeñas tiendas de alimentación y sitios similares. Está incomestible llegada la noche y es una verdadera arma arrojadiza al día siguiente. ¿Por eso se las conocerá como una pistola'? (perdonad el sarcasmo).
Seguro que todos habéis comprado o incluso habitualmente coméis este tipo de pan y en numerosas ocasiones se os ha desmenuzado en las manos cayéndose la corteza llegada la tarde o sino se ha quedado gomoso y reblandecido como un chicle. Este pan era el consumido habitualmente en Madrid en los años 80 y todavía se mantiene en supermercados, tiendas de chinos y similares, en la mayoría a un precio que no supera los 50 céntimos.
Cada día más veo como se cierran hornos y pequeñas boutique de barrio y se impone el pan industrial directo de fabrica o el pan horneado en tienda pero que proviene de un tratamiento igualmente industrializado.
Qué grandes recuerdos tengo de la boutique del pan de al lado de casa, a la que todos los días acudía ya de mozo a comprar el pan y en la que los cliente podían ver mientras les atendían cómo metían y sacaban del horno carros de dos metros repletos de pan recién hecho. Era una boutique moderna, no es que fuera de horno de leña ni nada parecido, pero quiero pensar que la calidad de aquel pan era mucho mejor que el que viene congelado y nos venden tan tierno, crujiente y calentito en la gasolineras. Desde hace tres años aquella 'Boutique del pan', que era como la conocíamos en el barrio, es ahora una casa de apuestas.